El Mercurio, 03/05/2010
Desde hace algún tiempo se aprecia una tendencia en nuestro país, por parte de la demanda, de comprar para residencia definitiva una casa, un departamento o un sitio, localizados en grandes complejos inmobiliarios, cuyo uso estaba destinado para vacaciones. Existen casos emblemáticos, sobre todo en aquellos megaproyectos con un horizonte de desarrollo a largo plazo, que nacieron para segunda vivienda y que se emplazan en zonas aledañas a grandes ciudades y que por su magnitud tienen la posibilidad de ofrecer diversas opciones habitacionales.Por ejemplo, Marbella, V Región -dice Marcelo Bachelet, gerente general de la empresa-han observado esta tendencia. "Ha aumentado la cantidad de gente que vive en el complejo entre 4 y 5 días a la semana. También se expresa este fenómeno en las nuevas ventas. Aproximadamente 20 % de los compradores han planteado su intención de irse a vivir en una fecha cercana a la adquisición". Afirma Marcelo Bachelet que el grupo etario que muestra mayor interés corresponde a personas próximas a jubilarse y que cuentan con una situación económica consolidada. Incluso hay casos de empresarios que pueden manejar su negocio desde fuera a través de internet.
Plantea que estas personas han tomado esta opción porque buscan mejor calidad de vida, seguridad, tranquilidad, actividades deportivas, poco tráfico y estar cerca de ciudades como Viña del Mar o Santiago.
Una situación parecida existe en San Alfonso del Mar, Algarrobo. Afirma Myriam Fischmann, su gerenta general, que también en los últimos años han notado una creciente inclinación por residir permanentemente en el complejo, principalmente matrimonios de tercera edad. "En poco tiempo, hemos pasado de no tener residentes permanentes a contar con un índice del 3,5%. Del total, dos de cada tres son extranjeros o chilenos que vivieron fuera".
Dice que quienes llegan con este interés lo hacen motivados por un cambio drástico en su vida.
Según los propios compradores de este tipo de viviendas emplazadas en complejos vacacionales a mayor escala, estas alternativas habitacionales resultan ser muy atractivas para recibir al resto de la familia, como hijos y nietos, ya que cuentan con el equipamiento necesario para ello.
Esta tendencia se nota además, según Myriam Fischmann, en que muchos de los compradores han manifestado su intención a futuro de convertir San Alfonso en su lugar de residencia cuando crezcan sus hijos y vayan disminuyendo sus obligaciones laborales. "La mayoría tiene pensado trabajar conectado a internet".
Por su parte, Felipe Ducci, gerente general de Inmobiliaria Las Brisas S.A., Santo Domingo, V Región, afirma que si bien los residentes permanentes en el complejo aún no constituyen un porcentaje significativo, sí ha aumentado la inclinación por comprar alguna propiedad que será usada durante los fines de semana con expectativas de transformarse en residencia principal en el mediano plazo".
Esto -dice- se ha notado fuertemente en los propietarios de casas que, con esa expectativa a futuro, optan por comprar terrenos aledaños al original con el propósito de agrandar la que será su residencia permanente.
"Se trata principalmente de chilenos, que tienen pocos hijos con ellos y que ven que su futuro laboral les permitirá tomar la vida con más calma, con la posibilidad de vivir en un lugar tranquilo, cerca del mar y próximo a Santiago".
También extranjeros
Jaime Avilés, gerente zonal La Serena Golf, reconoce que existe una creciente demanda de gente que ha optado por venir a vivir a este complejo. Entre los clientes figuran personas de la tercera edad, como jubilados, y profesionales que trabajan en los sectores minero, servicios y agrícola.
Tanto en departamentos como en casas, existe una alta proporción de extranjeros que han adquirido propiedades, casi el 23% del total de las transacciones. Estos últimos son parejas de jubilados de Estados Unidos, Canadá, España, Gran Bretaña, Suecia, Francia y Australia.
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