lunes, 21 de junio de 2010

La nueva cara de las Parcelas de agrado

Ya no basta con vender sólo el sitio baldío. Hoy se ofrecen terrenos en reservas naturales. Incluso, dentro de plantaciones bajo conceptos de autosustentabilidad.


El mercado de las parcelas de agrado, cuyo boom comenzó en los noventa, ha tenido que reinventarse para dejar atrás el estigma de ser sitios eriazos que más que gratificaciones han significado para muchos propietarios verdaderos dolores de cabeza.

Según Roger Debarbieri, presidente del Instituto Inmobiliario de Chile, con la amenaza del calentamiento global surge la tendencia de las parcelas ecológicas y autosustentables, las que prometen, además de un entorno natural y autóctono, la posibilidad de que la comunidad o el parcelero genere ingresos a partir de alguna actividad básica o contribuir a la conservación del medio ambiente.

"La oferta de las parcelas autosustentables aparece en forma tímida a fines de 2007, incrementándose lentamente hasta la fecha. Se encuentran emplazadas en plantaciones con producción de frutales, hortalizas, olivos, flores o árboles que, mediante la comercialización de los productos que se obtienen, permiten ingresos a los propietarios para gastos comunes u otras necesidades".

Campo de lavanda

También hay casos de parcelas cuyos frentes dan a caminos o carreteras, abriendo la posibilidad de establecer algún comercio como restaurantes, pulperías, expendios de maderas o verdulerías.

Explica Patricio Grove, ejecutivo de Hacienda Los Aromos, a cargo del proyecto Península del Lago, en Limache, que las parcelas que venden se emplazan en un entorno natural campestre, con flora y fauna nativas.

"Además, está en marcha un campo de lavandas, lo que les dará un mayor valor agregado a los terrenos, aunque los dueños de las parcelas no podrán tener injerencia en esa actividad. Aquí, el concepto que agrega plusvalía a los terrenos de 5.000 m² es el agroturismo. También se puede hacer compost para abonar la tierra".

Otro caso es el proyecto Oasis La Campana, a 98 kilómetros de Santiago, localizado al costado del Parque Nacional La Campana. Los dueños de los sitios, además, adquieren derechos de copropiedad sobre 1.000 hectáreas destinadas a la conservación de la palma chilena. Entre otras cosas, reciclan la basura para mantener el entorno.

Un caso similar sucede en la reserva La Invernada, a 45 km de Curicó. Hay 530 hectáreas de bosque nativo -roble y raulí- para uso exclusivo de los parceleros. El proyecto cuenta también con laguna, pozones de agua caliente, refugios y circuitos para cabalgatas, entre otros.

Si bien este tipo de proyectos representa una parte pequeña del mercado, los especialistas enfatizan que se han transformado en uno de los productos más atractivos de toda la amplia oferta de parcelas de agrado que rodean las ciudades chilenas.

"Como se trata de un mercado que se ha ido perfeccionando, los inmobiliarios que lo encabezan se han preocupado de generar mecanismos para asegurar que se respete el entorno donde se emplazan las parcelas. Por ejemplo, desde fines de la década pasada han aparecido cerca de 20 proyectos de magnitud, cuya relación en común es su desarrollo limitado y la obligación de que los propietarios preserven una reserva natural".

Entre ellos están Parque Los Volcanes, X Región; Oasis La Campana, V Región; La Invernada, VII Región; San Francisco de Los Andes, V Región, y Huilo-Huilo X Región.

El valor de estas parcelas en especial, y de todas en general, depende de varios factores. Según Roger Debarbieri, los precios más altos se encuentran en zonas que circundan las ciudades -no más de 50 km de la capital y no más de 25 km en ciudades regionales-. También le agregan valor las vías expeditas, el equipamiento comercial y comunitario, las reservas ecológicas y la seguridad.

"Estos atributos especiales hacen subir el valor promedio de este tipo de propiedades, el que va entre 0,09 y 1 UF el metro cuadrado".

Zonas de playas

Por otra parte, comenta Debarbieri, hoy las parcelaciones con mayor dinamismo de este mercado son las que se localizan próximas a balnearios tradicionales del litoral central -Papudo, Zapallar, Laguna Verde, Quintay, Tunquén, Algarrobo y Santo Domingo-. Siguiendo esta misma línea, desde hace poco comenzó un fuerte desarrollo en la IV Región, entre Punta de Choros y Pichidangui.

En general, se trata de megaproyectos inmobiliarios de más de 15 años de plazo, que están ingresando al mercado con precios muy competitivos y variadas superficies, lo que permite atender a una demanda definida en los grupos socioeconómicos medioacomodados y medios.

En cuanto al stock actual, se calcula que existen 38 mil unidades en la Región Metropolitana y 20 mil en regiones.

El Mercurio, Domingo 24 de Enero de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario